Maceio
Es una de las más bellas de Brasil, popularizada por quienes instalaron el condominio Outeiro das Brisas. Hoy están no sólo las que pertenecen al complejo privado, sino también las que se instalaron en la playa, a orillas del mar: Enseada do Espelho, Pousada do Baiano y Fazenda Calá, entre otras. Muy románticas y con toques sofisticados, en general están desajustadas en la relación precio-calidad. Una buena opción es alojarse más al norte, en Trancoso o Arraial d’Ajuda e ir por el día. Tenga en cuenta queaún no hay cajeros electrónicos, teléfonos públicos ni almacenes en la zona. El aeropuerto más próximo es el de Porto Seguro.
Morro de São Paulo
Espelho
Situado en el extremo norte de la isla de Tinharé, que incluye, junto con Boipeba y Cairú, otras 23 islas pequeñas en el Archipiélago de Tinharé, está a 60 kilómetros al sur de Salvador, cerca de la ciudad deValença.
Morro de São Paulo es en realidad la villa principal de la isla, pero su fama fue tal que rebautizó a todo el archipiélago. “Morro”, por la elevación en la que estamos, “de São Paulo” porque su descubridor, Martin Alfonso de Souza, quien llegó en 1531, era devoto de ese santo.
Aquí las playas principales están numeradas de la primera a la cuarta. La última es la más extensa y alejada, y termina transformándose en Praia do Encanto. Las mareas comandan el ritmo de la isla. Cuando se retira el agua aparecen las piscinas naturales y la playa se vuelve inmensa, ideal para recorrer en bicicleta.
En Morro hay dos miradores. Desde el del norte, se ven el atracadero, la Ponta do Curral –playa que está en el continente– , y un poquito de Gamboa. Desde el del sur, se obtiene una panorámica de las tres primeras playas. En el mirador sur está la tirolesa que, dicen, es la mayor de todo Brasil con 340 metros de largo y comienza con 57 de alto.
Florianópolis
Ilha Grande
Fernando de Noronha
Itacaré
Ya no es el secreto que era hace diez años, pero su geografía de penínsulas rocosas cubiertas de mata atlántica que llegan hasta el mar ha hecho que Itacaré se mantenga entre las mejores de Bahía. El aeropuerto es Ilhéus, a unos 70 km, y es en el camino a esa ciudad que se detectan las playas más bellas: Itacarezinho, Havaizinho, Engenhoca, Jeribucaçu y la Prainha, delicia de surfistas. Allí también están los grandes resorts como el Txai, el Itacaré Ecoresort y el Village, donde el hotel es parte del condominio de Villas São José. Esa combinación de iniciativa inmobiliaria y turismo que ya se daba en São Paulo y Rio, también está pegando fuerte en las playas brasileñas.
Jericoacoara
Dice la leyenda que Jeri se hizo famosa cuando salió como una de las 10 mejores playas del mundo enThe Washington Post. Verdad o no, este balneario de nombre difícil y acceso ídem, viene creciendo a grandes pasos y si bien es cierto que conserva sus calles de arena, también lo es que hay paulistas que van por el día, por el sólo hecho snob de decir “conozco Jeri”. Se puede, en efecto, llegar en avioneta, pero casi todos llegan primero a Fortaleza y toman el bus (6 horas) a Jijoca para completar los últimos 20 km en jardineira (una especie de tráiler abierto arrastrado por las dunas por un tractor de grandes ruedas). Jerimerece un mínimo de 3 días para conocer el pueblo, su duna del por-do-sol –donde todos-todos ven el atardecer– y las vecinas aldeas de Preá y Tatajuba.
Jericoacoara
Pipa
Se distingue de las demás por sus falésias –acantilados– de arenisca roja, ni por su astral, su “onda” internacional. Esta pequeña localidad a 85 km de Natal ha encantado desde siempre a turistas de todo el mundo. Ellos parecen haberse obstinado en mantenerla–casi– como era. Como sea, lo cierto es que en Pipa están tanto la pionera Toca da Coruja, Roteiro do Charme establecido en 1991, como la nueva y sofisticada Kilombo Villas & Spa, en la cercana playa de Sibaúma. Y de siempre, siempre, el bookshop de Cintia Junqueira, una gaúcha sin edad que tiene el mapa estelar tatuado en la espalda y que alquila o canjea (no vende) cualquiera de los 2000 libros que acumuló en su local.
Buzios
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